Las características del soplo y del paciente frente al que nos encontramos nos pueden hacer sospechar de una determinada patología, que deberemos confirmar y cuantificar por medio de la ecocardiografía.
La auscultación cardíaca es un procedimiento clínico del examen físico, por el cual se escucha el corazón. Entre varios aspectos, prestamos atención al sonido que producen el cierre de las válvulas, la frecuencia, el ritmo del latido, si se escucha fuerte, lejano, etc… En definitiva, gracias a una prueba tan sencilla como es la auscultación, podemos obtener mucha información.
Para realizar la auscultación necesitaremos un fonendoscopio. Hay diferentes modelos y tamaños, dependiendo de cuál sea nuestro paciente. Lo ideal para realizarla es tener un ambiente silencioso y que el animal esté tranquilo.
Una buena auscultación implica valorar diferentes puntos en el tórax para prestar atención a:
Por ejemplo, un perro de raza grande con 200 latidos por minuto, nos haría sospechar que algo no va bien. Mientras que un gato, con 70-80 latidos por minuto, nos puede estar indicando que se encuentra en shock.
Corazón
En alguna ocasión, seguro que habéis escuchado el diagnóstico de un soplo cardíaco. Se trata de algo relativamente frecuente. La causas de los soplos, a grandes rasgos, pueden corresponderse con:
Imagen de una radiografía
– Insuficiencia valvular: lo más habitual en perros geriátricos es una degeneración de la válvula. Generalmente, la válvula mitral. Por eso, las valvas en vez de ser finas y lisas, y cerrar bien, están degeneradas permitiendo un paso de sangre de una cavidad a otra que, en condiciones normales, no debería ocurrir. Esto se denomina regurgitación y, se debe al cierre valvular imperfecto.
Ejemplo de manguera
– Obstrucción del tracto de salida: la válvula aórtica o pulmonar son más estrechas de lo normal. De tal forma que el flujo de sangre, al pasar por ella, genera una turbulencia, generando el soplo que auscultamos. El típico ejemplo con el que solemos ilustrar esto es cuando tenemos agua saliendo por la manguera. Si ponemos un dedo haciendo más pequeño el orificio de salida, el agua sale con más presión y más desordenada. Si ahora cambiamos orificio por válvula, dedo por obstrucción, y agua turbulenta por sangre ya tenemos aprendido el concepto.
– Comunicaciones anormales: puertas o pasadizos entre válvulas que no deberían existir de manera normal en la fase adulta. Por ejemplo, una comunicación interventricular o un conducto arterioso persistente.
Después de esto, podrás entender que un soplo puede deberse a muchas causas. Por eso, una buena experiencia clínica, teniendo en cuenta las características del paciente que tenemos delante, es ideal para realizar un diagnóstico adecuado. Y es que, tal y como os hemos adelantado, la edad, la sintomatología, las alteraciones y, sobretodo, el tipo de soplo o el lado del tórax en el que se escucha, nos ayudará a delimitar mucho las posibilidades del origen.
Llegados a este punto, lo ideal sería realizar una prueba de imagen. Lo más recomendable es una ecocardiografía que nos permita ver en qué válvula se está produciendo el problema para cuantificar si necesita tratamiento o no.
No es lo mismo que el soplo esté producido por una pequeñísima cantidad de sangre que no tiene consecuencias, a una gran cantidad de sangre que esté remodelando el corazón.
Por tanto, necesitamos conocer esto para saber si tenemos que poner tratamiento o no.
En el caso de los perros, la existencia de un soplo va ligado, casi siempre, a una alteración cardíaca. En los gatos, en cambio, puede haber varias posibilidades:
– Que tengan soplo pero que sea fisiológico, es decir que no les cause problemas y puedan vivir con él el resto de su vida.
– Que tengan soplo y que tengan una alteración/insuficiencia cardíaca.
– Que no tengan soplo pero que exista una enfermedad cardíaca, en este caso el soplo no nos está dando la pista de que en ese corazón está pasando algo.
– Es frecuente que la enfermedad cardíaca se manifieste con lo que denominamos un “ritmo de galope”; que se origina por un desdoblamiento anormal del cierre de alguna de las válvulas Vistas estas posibilidades, entenderemos porqué en los gatos generalmente tenemos que realizar una ecocardio para determinar la existencia de un problema cardíaco.
BIBLIOGRAFÍA “ Manual Clínico de Cardiología en Pequeños Animales”, Fernández del Palacio et Al. 2019. Ed 5m “ Manual Clínico de Medicina Felina”, D. Casamián et Al. 2018. Ed 5 m “Manual de Cardiología Canina y Felina” Tilley et Al, 2009 . Ed Multimédica